Conoce el “viaje del héroe” y aprende a contar tu propia historia.
Francisco García Pimentel
*** Nota: este artículo forma parte del libro TRIBU S.A***
Hay muchas empresas exitosas, pero pocas empresas legendarias. El éxito lo construyen los números y los logros; las metas y los retornos. La leyenda se construye con una gran historia. A fin de cuentas, lo números hablan a la cabeza, pero las historias hablan al corazón. Es la ciencia del #Storytelling corporativo.
La ciencia del storytelling se fundamenta en la forma en que nuestros cerebros están construidos: la manera en que contamos historias es parte de lo que nos hace humanos: es parte de nuestro seguro evolutivo.
Los mitos, las leyendas y los héroes son parte esencial en la construcción de toda comunidad humana: las historias forjan tribus, crean imperios y sostienen naciones. Tu empresa no es la excepción.
Todas los negocios tienen su propia historia, y el tuyo también. No solo surgió de una idea, en medio de la nada, y al día siguiente alcanzó el éxito. Tu negocio -como todos- ha pasado por momentos buenos y malos, ha enfrentado retos y amenazas, ha tenido en sus filas personas valiosas y valientes. Tu negocio tiene una gran historia que merece ser contada.
Hay muchas formas de contar historias. Una de las más conocidas es “El Viaje del Héroe” o The Hero’s Journey, una estructura narrativa clásica y tremendamente atractiva que aparece en todas partes: libros, series o películas. También aparece en las historias de nuestros héroes y sus batallas. Y sí, también, en las leyendas de los grandes emprendedores y sus empresas.
El viaje del héroe tiene ocho partes. Las grandes historias de industria y progreso también las incluyen. Conócelas, reconócelas y utilízalas.
Llamada a la aventura.
“Reed Hastings trató de regresar un VHS de Apolo 13 al Blockbuster y se encontró con un recargo de 40 dólares. En ese momento nació en su mente la chispa de Netflix. El resto es historia”.
Esta es la historia mil veces contada de la génesis de una compañía billonaria. Es una historia breve, sencilla de repetir y que nos inspira a buscar soluciones a problemas comunes. No es la historia “completa”, pero sí suficiente para elevar nuestro interés.
¿Qué cuentas cuando cuentas tu historia? No siempre tenemos a mano un momento exacto o una historia emocionante… pero haz un esfuerzo. Si lo piensas bien, es casi seguro que hubo un momento en tu vida en que algo cambió dentro de ti, algo que te movió a emprender.
Quizás fue un talento natural, quizás una pasión verdadera. Quizás fue una idea excepcional o el notar que había un espacio vacío en el mundo que debía ser llenado. Personas inician sus negocios por distintas razones. ¿Cuál es la tuya?
Hay algo humano, profundo, trascendente, que nos llama al emprendimiento. Si has emprendido, lo sabes. No se trata solo del dinero ¿cierto? Hay alguien, o algo, que te llama. ¿Qué te llamó a ti?
Inicio del viaje.
“Cuando otros pensaban que nada más podía lograr, el Coronel Harland Sanders tomó todo lo que tenía: una receta de pollo frito con once hierbas y especias… y salió a venderlo a todos los restaurantes que quisieran escucharlo. El coronel tenía 65 años y esa receta se convirtió en la cadena de restaurantes de pollo más famosa del planeta…”
Todos los viajes inician con un primer paso. Las grandes empresas no nacieron siendo grandes, sino pequeñas: con un equipo pequeño, energía inagotable y una idea en la cabeza.
Las cosas que nacen grandes son monstruosas. Tanto como nos gusta conocer historias de éxito, nos encanta e inspira conocer sobre sus inicios y sus primeros pasos. Nos ilusiona saber cómo Amazon o Microsoft nacieron sin dinero, sin clientes y en un espacio simbólicamente pequeño: la cochera de una casa familiar.
Las nociones del inicio humilde y sus dificultades nos remontan a las grandes historias de héroes, a sus mitos y sus leyendas. Las empresas legendarias saben conectar con su público compartiendo los momentos en que no había en ellas nada más que un sueño, mucha pizza y largas horas de trabajo apasionado.
La ayuda y el mentor.
“Estaría perdido en la vida sin el consejo de mi gran mentor, Benjamin Graham. Él me mostró el camino del inversionista y, cuando notó que era naturalmente tímido, me recomendó tomar un curso de oratoria de Dale Carnegie. Ese curso cambió mi vida.” -Warren Buffet
Igual que Bilbo tiene a Gandalf y Harry tiene a Dumbledore, seguramente tú tienes a alguien que te impulsó, dirigió, animó y aconsejó en tu camino de emprendimiento. Las empresas y los empresarios legendarios no llegan solos a la cima, sino con la ayuda de personas más sabias y con mayor experiencia.
La noción del self made man, del hombre de éxito que se hace a sí mismo, no puede sino ser una exageración o una mentira. Asegúrate de agregar en tu historia los personajes reales que te ayudaron en el camino. Es un dato de justicia… y una parte esencial en tu propia historia.
Las empresas legendarias no se anclan solo de sus propios liderazgos, sino también de otros a quienes deben consejo y crecimiento.
Retos, amigos y adversarios.
“El 19 de mayo de 2016 una empleada de Coca Cola ofreció vender a Pepsi -su archirrival- la fórmula secreta que había robado de las oficinas centrales. Pepsi podría haber hecho muchas cosas con esa fórmula; pero decidió lo que menos esperaban: llamó al FBI, entregó al espía y regresó la fórmula a sus dueños…”
Adidas y Puma, Coca Cola y Pepsi, McDonald’s y Burger King, Microsoft y Apple… la historia de los negocios está llena de grandes rivalidades. Estas rivalidades forman parte esencial de sus respectivas historias, y sin aquéllas, éstas no serían lo mismo.
Un buen héroe necesita un buen rival. Sherlock tiene a Moriarty y Superman a Lex Luthor y, en verdad, ¿qué tipo de historia sería cualquiera sin un buen némesis a quien enfrentar? No basta vencer, sino que importa enfrentar con nobleza, con justicia y con valentía. Si no todas las batallas se ganan… al final es posible vencer en la guerra. Las empresas legendarias reconocen, enfrentan y, sobre todo, respetan a sus adversarios. Saben que, a la postre, esto es mejor para todos.
El camino a la leyenda se forja a través de retos y en compañía de socios y de amigos. En el fondo, a fin de cuentas, las empresas son las personas que las conforman.
Desafío final.
“El primero de octubre de 1971, el parque de diversiones más grande del mundo abrió sus puertas en Florida: Walt Disney World. No hace mucho que Walt, el genio visionario, había fallecido, y el mundo entero apostaba por que sería un rotundo fracaso. Durante el primer mes desde inauguración pasaron por sus puertas más de 400 mil personas…”
Las empresas enfrentan retos cada día: proyectos, problemas, clientes, amenazas y metas trimestrales. Pero de vez en cuando, se enfrentan a un momento de vida o muerte, una montaña formidable que conquistar; son momentos en que se juegan el futuro y en que viven al máximo el principio fundamental de un buen emprendedor: el riesgo.
Igual que los héroes enfrentan estos momentos con una humana mezcla de miedo y arrojo, las empresas y los empresarios no pueden negar que existen momentos en que las apuestas parecen estar en contra, y la decisión de seguir adelante es tan absurda como inevitable.
Las empresas legendarias saben recoger y capitalizar estos momentos en sus propias historias, y las integran como parte de su estilo, de su espíritu y de su ethos.
Caída y renacimiento.
“En 1985, Steve Jobs fue despedido de la misma empresa que él había creado. En aquel momento, él ya era rico y exitoso. Pero no fue hasta 1997, cuando regresó al frente de la firma tecnológica, que se convirtió en leyenda…”
Las grandes historias nunca son una línea recta entre el esfuerzo de hoy y la victoria de mañana. Hay que caer muchas veces para poder levantarnos, crecer y aprender. Pero son los grandes héroes los que caen al abismo -incluso la muerte- para renacer de las cenizas e intentarlo de nuevo. De Odiseo a Jobs, pasando por Batman, la pelea más poderosa es la que sigue a la caída.
Las empresas legendarias no esconden sus batallas, aún cuando parecen estar perdidas, y abrazan sus derrotas con la misma sinceridad que presumen sus victorias.
Crecimiento y recompensa.
“Elon Musk sabe convertir las cenizas en diamantes. A lo largo de su breve saga espacial, ha destruido más cohetes de los que ha logrado. A través de cada iteración, un nuevo crecimiento; después de cada golpe, una nueva fortaleza. Hoy es el hombre más rico del mundo, pero eso es solo una parte del camino hacia el horizonte final en la profundidad del cosmos…”
Una empresa estática es una empresa muerta. Como los grandes dinosaurios de antaño; no importa cuán grandes, cuán fuertes o cuán veloces seamos hoy, pronto nos extinguiremos a menos que sepamos evolucionar.
Las empresas legendarias admiten sus errores, piden disculpas y ejercen cambios reales para adaptarse a las necesidades. Cuando Musk recibe quejas de un cliente, incluso por twitter, de inmediato reacciona, algunas veces con cambios en todos los niveles de su organización. Una batalla que no nos transforma… es una batalla realmente perdida.
Vuelta a la normalidad.
Tras las batallas y los periplos que vive toda empresa existe la constante pelea entre el orden y el caos. Cada día trae nuevas sorpresas y nuevos retos. La vuelta a la “normalidad”, un sistema bien aceitado y una rutina de management precisa son solamente la antesala de una nueva llamada a la aventura, una nueva batalla y un nuevo viaje, en un ciclo que se repite de forma permanente.
Ningún emprendedor real se conforma con un día normal. Ante la vista de un llano claro y simple, muy pronto se buscará nuevas montañas que escalar. ¿No es esa, acaso, la definición de un héroe?
Las empresas legendarias nunca se conforman con alcanzar un estado de sencilla estabilidad. No, señor. Porque las llama algo mucho más poderoso que el dinero: la trascendencia.
Estas son las historias que se cuentan, que se recuerdan, que se repiten y que dan forma a la cultura de nuestra era. Así que te pregunto de nuevo. ¿Quieres una empresa exitosa, o una empresa legendaria? La clave está en la historia que te cuentas… y la historia que cuentas a otros.