Resulta que el director de este estudio, Robert J. Waldinger, escribió un libro que se llama “The Good Life: What Makes a Life Worth Living” (Frankómetro: 96%). Durante un viaje hace poco a San Luis Potosí para una conferencia sobre el tema, pude escuchar el audio completo, que te recomiendo (lo puedes conseguir gratis en Audible! el primer audiolibro es gratis). Aquí algunas ideas:
¿Qué significa ser feliz?
¿Cómo ha cambiado este concepto a lo largo del tiempo? Y, sobre todo… ¿Cómo podemos ser felices? Sabios, filósofos, poetas han discutido esta pregunta desde los albores de la raza humana. Una pregunta que, por otra parte, todos los seres humanos debemos hacernos en algún momento de nuestras vidas.
Buscando encontrar algunas pistas para resolver esta increíblemente compleja pregunta, en 1938, se dio inicio al Estudio sobre Desarrollo Adulto, un proyecto que abarcó en sus inicios a aproximadamente 700 adolescentes. Entre ellos, se encontraban estudiantes de Harvard y residentes de los barrios más desfavorecidos de Boston. A lo largo del tiempo, esta investigación ha seguido el curso de sus vidas, realizando seguimientos periódicos para analizar sus momentos de felicidad y dificultades, así como para evaluar su estado físico, mental y emocional. Con el paso del tiempo, el estudio se ha ampliado para incluir también a las parejas y descendientes de los participantes originales.
Más de ochenta años después, los patrones de la felicidad empiezan a ser consistentes. En su libro , Robert J. Waldinger (director actual del estudio), presenta algunos de los hallazgos. Dependiendo a quién preguntes, los hallazgos pueden considerarse revolucionarios… u obvios.
Como el mismo autor menciona, una de las cosas más impresionantes en el estudio es el darnos cuenta cómo la ciencia apenas va descubriendo y confirmando nociones que los sabios de distintas culturas han predicado desde hace siglos.
Los seis pilares de tu felicidad (¡Ey, es ciencia!)
Estos son los seis principales hallazgos. Sin duda, puntos inevitables de pausa y reflexión en un mundo que nos invita a la velocidad y a la distracción.
1. Relaciones significativas: El estudio de Harvard ha demostrado de manera concluyente que las relaciones sociales sólidas y saludables son, de lejos, el factor más importante para la felicidad y el bienestar a lo largo de la vida. Personas con relaciones significativas, ya sean familiares, amigos cercanos o parejas amorosas, tienden a tener una mayor satisfacción con la vida y una mejor salud física y emocional. La calidad de estas conexiones tiene un impacto directo en el bienestar general de las personas y parece ser un indicador sólido de una vida feliz.
2. Calidad sobre cantidad: En las relaciones, la clave no está en la cantidad, sino en la calidad. El estudio encontró que tener muchas relaciones superficiales o poco significativas no se correlaciona con la felicidad a largo plazo. Por el contrario, contar con unas pocas relaciones sólidas y satisfactorias puede marcar la diferencia en la percepción de bienestar y felicidad en la vida de una persona.
3. Crecimiento personal: El estudio de Harvard reveló que las personas que se esfuerzan por un constante crecimiento personal y desarrollo tienden a ser más felices y satisfechas en sus vidas. Buscar oportunidades para aprender cosas nuevas, establecer metas y desafiar las habilidades personales puede fomentar un sentido de logro y satisfacción en la vida cotidiana.
4. Salud mental y física: La investigación mostró que mantener una buena salud mental y física es esencial para una vida feliz. La depresión y la ansiedad se asociaron negativamente con la felicidad y, a menudo, impactaron negativamente las relaciones interpersonales. El cuidado de la salud, tanto mental como física, es crucial para cultivar una vida plena.
5. Adaptabilidad y resiliencia: La vida está llena de altibajos, y las personas felices tienen una capacidad superior para enfrentar y adaptarse a los desafíos que la vida les presenta. La resiliencia es clave para superar adversidades y mantener una perspectiva positiva incluso en tiempos difíciles.
6. Pasión y trascendencia: El estudio observa un patrón que resulta claro. Las personas que hacen cosas que aman; y sobre todo, que hacen cosas que consideran trascendentes (es decir, que tienen un propósito o una misión que da sentido a su existencia), desarrollan mejores hábitos de vida, mejores relaciones y mayor capacidad de resiliencia.
No menos importante: el estudio no encontró correlación directa entre la felicidad y la riqueza material, ni los logros externos. Relaciones sólidas, crecimiento, propósito, salud y resiliencia son los elementos que el estudio longitudinal más grande en la historia arroja como fuertes predictores de satisfacción y felicidad personal.
Estos descubrimientos tienen implicaciones importantes para la forma en que vivimos nuestras vidas y priorizamos lo que realmente importa en la búsqueda de la felicidad. En última instancia, nos recuerdan que la felicidad es una elección y una responsabilidad personal que depende en gran medida de nuestras acciones y actitudes hacia nosotros mismos y hacia los demás. Por ello, nos obliga a hacer una pausa para hacernos las preguntas importantes.
No dejes de leer el libro (o, si eres más del tipo visual, aquí está la TED TALK de Robert J. Waldinger sobre este preciso tema). ¡Nos vemos pronto!
Frank GP